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lizania cruz ramos

El atole, la herencia prehispánica hasta nuestros días

En el corazón de México, en el estado de Oaxaca, se encuentra una bebida que trasciende el tiempo: el atole. Esta venerable bebida, arraigada en la época prehispánica, no solo alimenta el cuerpo, sino que también alimenta el alma, siendo parte integral de rituales y ceremonias ancestrales.

El atole, la herencia prehispánica hasta nuestros días, tiene un proceso de elaboración el cual combina ingredientes simples pero poderosos. Todo comienza con el maíz, el ingrediente principal de esta bebida. Este importante grano se cocina con esmero, se muele con dedicación y se mezcla con agua para dar forma a la base de nuestra bebida.


Maíz molido en metate para hacer atole blanco, Etnofood.
Maíz molido en metate, Etnofood.

Pero el maíz es solo la base para los diferentes tipos de sabores. Se añade azúcar o panela (un tipo de azúcar que se obtiene a partir de la elaboración, concentración y cristalización del jugo de la caña),  cuyo dulzor se fusiona con la cremosidad del maíz para crear una mezcla de sabores en el paladar. La canela, con su aroma tan característico, da el toque final, posicionando el atole de una simple bebida a una experiencia sensorial inolvidable.


El atole oaxaqueño es versátil, con una variedad de recetas que desafían la imaginación y deleitan los sentidos. En Oaxaca existen diferentes tipos de atole como los son: el atole blanco, atole de granillo, atole de leche, atole de espuma, atole de panela, chocolate atole y champurrado. Cada variante tiene una historia detrás la cuál es única en tradición y sabor.


Atole blanco, Etnofood.
Atole blanco, Etnofood.

Pero el encanto del atole no se limita solo a su preparación. Es una bebida que trae consigo una carga cultural y emocional, compartida en ocasiones especiales que marcan nuestras vidas: bodas, bautizos, fiestas religiosas y más. Es el compañero perfecto para empezar el día con energía o para terminarlo con calidez, acompañado de un pan tradicional que completa esta degustación.


Atole de panela. Etnofood.
Atole de panela.

Sin embargo, una advertencia: el atole exige paciencia y respeto. Se sirve caliente, con el riesgo de quemar la lengua si no se espera el momento adecuado para saborearlo. Pero vale la pena cada instante de espera, cada sorbo cauteloso, para descubrir el regalo que esta bebida nos ofrece.


Atole de espuma en jícara tradicional, Etnofood.
Atole de espuma en jícara tradicional, Etnofood.

En resumen, el atole es mucho más que una simple bebida caliente. Es un vínculo con nuestras raíces, una celebración de la vida y un homenaje a la riqueza culinaria de México. En cada taza, se encuentra el sabor de Oaxaca, esperando ser descubierto y disfrutado por aquellos que se atrevan a sumergirse en su delicioso universo.


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