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Nicuatole, un postre gelatinoso de maíz.

En el vasto repertorio de la gastronomía mexicana, el nicuatole se erige como un monumento al legado prehispánico, una delicia ancestral que perdura en el paladar de quienes tienen el privilegio de probarlo. Originario de Oaxaca, cuyo nombre deriva del náhuatl "necuatl", miel, y "atolli", atole, nos sumerge en una experiencia única, donde la historia y el sabor se unen de manera magistral.


Nicuatole. Etnofood.
Nicuatole.

La magia del nicuatole reside en su proceso de elaboración, un ritual culinario que nos transporta a tiempos antiguos. Comienza con la cocción lenta del maíz criollo en agua, proceso conocido como “cuanextle”, una etapa crucial que infunde cada poro del grano con el alma de la tierra. Después de aproximadamente tres horas de paciencia y cuidado, la mezcla resultante se convierte en la base de este manjar, junto con la adición de azúcar, canela y grana cochinilla, un toque final que le otorga no solo color, sino también autenticidad cultural.


Rebanada de nicuatole en hoja de plátano
Nicuatole tradicional de Oaxaca

La preparación del nicuatole es más que un simple acto culinario; es un tributo a la riqueza gastronómica y cultural de Oaxaca. Los apastles también conocidos como cazuelas de barro rojo/verde, utilizados para verter la mezcla caliente, son parte de una tradición que se remonta a tiempos antiguos. La incorporación de otros ingredientes como las hojas de limón o naranjo añaden una nota fresca y cítrica, elevando aún más la experiencia sensorial.


Este postre, con su textura similar a la gelatina o al flan, es una gran opción para los días calurosos en Oaxaca. El nicuatole, un postre gelatinoso de maíz, se convierte en un acompañamiento perfecto para otras delicias locales, como el agua de chilacayota, una bebida tradicional refrescante elaborada con un tipo de calabaza de la región que es endulzada con panela, el azúcar de la caña. 


Nicuatole en apastle de barro rojo/verde
Nicuatole en apastle

El nicuatole trasciende la categoría de simple postre; es un símbolo de identidad y tradición para el pueblo oaxaqueño. Cada bocado es una experiencia, una oportunidad de conectar con nuestras raíces y saborear la deliciosa cultura. Este delicioso postre nos recuerda la importancia de preservar y celebrar nuestras herencias culinarias, tesoro invaluable que enriquece nuestras vidas y paladares.


Te invitamos a probar este refrescante postre en el recorrido que Etnofood ofrece por la central de abastos. No olvides hacer tu reservación.




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